El colmo de la caradurez

Mucho se podrá discutir sobre el hecho de que Tinelli muestre a chicos pobres y carenciados en su programa, que les hagan primeros planos mientras lloran o se comen los mocos.
Podemos pasar horas debatiendo el significado de un golpe bajo para medir un punto más de rating pero creo que debe quedarnos muy claro que no podemos quejarnos si no nos quejamos y mucho menos quejarnos si no hacemos nada.
La señora que ostenta el poder (a esta altura de las circunstancias y de mi enojo, llamarla Presidente me parece que es un exceso porque el cargo le queda grande) hizo pública su molestia por algo que dijo Tinelli en su programa y le ha respondido de la siguiente manera:

"Acompañada por el gobernador Daniel Scioli, la Presidente indicó que "los pobres a algunos les sirven para mostrarlos llorando y pidiendo; cuando ese pobre adquiere dignidad y se organiza, entonces molestan" y remarcó que las políticas económicas que provocaron pobreza "son las mismas que ellos levantaron durante tanto tiempo".

Decir esto es seguir sin entender de qué va la cosa, por donde pasa el tren o lo que es peor, dejarlo pasar sin subirse ni siquiera hasta la próxima estación.
Para esta mujer, un piquetero armado o un grupete que decide dejar sin medios de transporte al resto de los trabajadores es un pobre organizado y digno.
Un tipo que se tapa la cara y revolea un palo frente a otro compatriota que trata de cumplir con sus obligaciones de habitante de este país par ella es digno (¿?).
Seguramente que las políticas económicas que generaron pobreza, miseria, desnutrición y falta de educación no son patrimonio exclusivo de este gobierno pero nadie puede discutir que ellos son dueños de un estado de apatía y nihilismo tan absoluto que nos hunde cada vez más en este caos en el que se ha convertido la Argentina.
Esta misma señora que carga contra las figuras públicas que reclaman derechos básicos e inalienables para todos nosotros es la que no resigna un mísero centavo de su bolsillo para darle de comer a ninguno de todos los indigentes que mueren de hambre día a día.
Esta misma señora es la que no se decide NUNCA a hacer algo para que dejen de matarnos como a moscas de verano.
Ella es la que prefiere hundir al pueblo que gobierna en lugar de sacarlo a flote.
Los referentes televisivos de este país están hasta las manos de plata, no tienen necesidades de ningún tipo, podrían pasar el resto de sus vidas y de la de sus hijos tirados en una playa de cualquier lugar del mundo meditando sobre la inmortalidad del cangrejo y sin embargo hablan, piden y reclaman lo justo o sea, exactamente todo lo que debería darnos el gobierno de manera automática.
A la señora le ofende que alguien le diga lo que tiene que hacer y le muestre su propia inoperancia.
Es lo más caradura que he visto en mucho tiempo, es irritante verla vestida con las ropas más caras y las carteras más exclusivas mientras repite de manera letánica estadísticas que no le importan a nadie.
Si su idea era emular a Eva Perón le tengo malas noticias, de las peores porque tendría que reencarnar unas diez vidas más o menos para poder llegarle a los talones, como mínimo (y que conste que no soy peronista ni lo quiero ser).
Loca, ponete los pantalones largos, dejá de criticar al que hace algo, laburá por todos los que te votaron, defendelos, cuidalos, dales fuente de trabajo y no jodas más que la paciencia tiene un límite y la aguja del amperímetro se está moviendo hacia el rojo de manera vertiginosa.